Comentario
Junto con el descubrimiento de la agricultura, la domesticación de animales permitió a las poblaciones humanas disponer de recursos suficientes a lo largo de todo el año, abandonando, en mayor o meno medida, la anterior dependencia de la caza y la recolección.
Es de suponer que las poblaciones de Mesopotamia, uno de las regiones donde tuvo lugar este proceso, experimentaron con muchas de las especies animales que conocieron, pero sólo con algunas tuvieron éxito. Lobos, cabras bezoar, muflones asiáticos, jabalíes, uros, gatos salvajes y onagros, todas ellas especies autóctonas del Oriente Medio, fueron objeto de domesticación desde muy temprano. Como resultado, aparecieron especies domésticas como el perro, la cabra, la oveja, los cerdos, las vacas, los gatos y los asnos. De todas estas especies, se calcula que la primera en ser domesticada es el perro, hacia el 11000 a.C. Le siguen la cabra (8500), oveja (8000), cerdo (7500), ganado vacuno y gato (7000 o burro (4000). Probablemente antes del 2500 a.C. ya se criaban patos y gansos. El caballo llegó a la región a finales del III milenio procedente del sur de Rusia, mientras que el camello se introdujo procedente de Asia en la segunda mitad del II milenio.
De todos ellos, se puede considerar a la oveja el principal animal doméstico de Mesopotamia, pues los tejidos de lana fueron una de las exportaciones más requeridas.